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100%: Luis Carlos López: Poesía completa (ISBN: 9789585784864) 2014, in Spanisch, auch als eBook.
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100%: Gonzalo López Abente: Poesía completa [ Livre importé dŽEspagne ] (ISBN: 9788492646791) 2013, ESPIRAL MAIOR, S.L., in Spanisch.
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Poesía Completa (2013)
ES NW
ISBN: 9788492646791 bzw. 8492646799, in Spanisch, ESPIRAL MAIOR, S.L. neu.
Lieferung aus: Spanien, Normalmente se envía en el plazo de 2-3 días laborable, más gastos de envío (si incluido).
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Poesía completa editado por Espiral maior, S.l. Tapa blanda, Etiqueta: ESPIRAL MAIOR, S.L. ESPIRAL MAIOR, S.L. Grupo de producto: Libro, Publicado: 2013, Estudio: ESPIRAL MAIOR, S.L. Rango de ventas: 585308.
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Poesía completa editado por Espiral maior, S.l. Tapa blanda, Etiqueta: ESPIRAL MAIOR, S.L. ESPIRAL MAIOR, S.L. Grupo de producto: Libro, Publicado: 2013, Estudio: ESPIRAL MAIOR, S.L. Rango de ventas: 585308.
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Poesía completa (2014)
ES NW EB
ISBN: 9789585784864 bzw. 9585784866, in Spanisch, El Ancora Editores, neu, E-Book.
Lieferung aus: Niederlande, Direct beschikbaar.
bol.com.
Aunque su obra fue menospreciada por los sacerdotes de la crítica literaria durante muchísimos años, Luis Carlos Lopez [1879-1950] se ha convertido con el paso del tiempo en una figura imprescindible de las letras hispanoamericanas, que sin él quedarían desprovistas de una de las personalidades poéticas más refrescantes y originales de la lengua española. La mayor parte de su vida transcurrio entre las cuatro paredes de Cartagena de Indias, una ciudad que amo y odio entrañablemente y a cuyas pla... Aunque su obra fue menospreciada por los sacerdotes de la crítica literaria durante muchísimos años, Luis Carlos Lopez [1879-1950] se ha convertido con el paso del tiempo en una figura imprescindible de las letras hispanoamericanas, que sin él quedarían desprovistas de una de las personalidades poéticas más refrescantes y originales de la lengua española. La mayor parte de su vida transcurrio entre las cuatro paredes de Cartagena de Indias, una ciudad que amo y odio entrañablemente y a cuyas plazas, callejuelas, esquinas y “caserones de ventruda fachada” dedico varias estrofas memorables. Siguiendo las huellas de Quevedo y de Swift, manejo el estilete de la ironía con una sorprendente precision quirúrgica y renovo, gracias a un estilo inconfundible, el lenguaje poético de su tiempo. Su manera de ser y de vivir, por otra parte, hizo de él un personaje legendario en el “corralito de piedra” de la primera mitad del siglo XX. Gabriel García Márquez, quien lo conocio en la época en que comenzaba a escribir para El Heraldo de Barranquilla, lo recuerda como una especie de “reliquia historica de cuya existencia real habría podido dudarse si no anduvieran sueltos por las calles de la ciudad amurallada sus versos y su hijo Bruno”. Cuando se lo presentaron, a Nicolás Guillén le parecio “un hombre adolorido, acaso con razon”, que tenía la costumbre de “sonreír con los ojos, agrandados por el vidrio de aumento de los espejuelos”. El periodista Germán Vargas cuenta que a finales de 1945, estando un día en El Bodegon, el tertuliadero donde se reunían religiosamente los intelectuales cartageneros de ese entonces, “llego un señor delgado, vestido de lino blanco, corbatín oscuro y sombrero de fieltro. Un señor en quien, a ratos, se podía observar una sonrisa de guiño”. Se trataba de Luis Carlos Lopez, por supuesto, cuyos “ojillos inquietos y juguetones daban un tono de extraña y alentadora alegría a su rostro vivo, casi elocuente, que contrastaba con su silencio pertinaz, en el fondo del cual se adivinaba una gran capacidad para escuchar en forma atenta y cordial”.Taal: Spaans;Formaat: ePub met kopieerbeveiliging (DRM) van Adobe;Kopieerrechten: Het kopiëren van (delen van) de pagina's is niet toegestaan ;Geschikt voor: Alle e-readers geschikt voor ebooks in ePub formaat. Tablet of smartphone voorzien van een app zoals de bol.com Kobo app.;Verschijningsdatum: november 2014;ISBN10: 9585784866;ISBN13: 9789585784864; Spaanstalig | Ebook | 2014.
bol.com.
Aunque su obra fue menospreciada por los sacerdotes de la crítica literaria durante muchísimos años, Luis Carlos Lopez [1879-1950] se ha convertido con el paso del tiempo en una figura imprescindible de las letras hispanoamericanas, que sin él quedarían desprovistas de una de las personalidades poéticas más refrescantes y originales de la lengua española. La mayor parte de su vida transcurrio entre las cuatro paredes de Cartagena de Indias, una ciudad que amo y odio entrañablemente y a cuyas pla... Aunque su obra fue menospreciada por los sacerdotes de la crítica literaria durante muchísimos años, Luis Carlos Lopez [1879-1950] se ha convertido con el paso del tiempo en una figura imprescindible de las letras hispanoamericanas, que sin él quedarían desprovistas de una de las personalidades poéticas más refrescantes y originales de la lengua española. La mayor parte de su vida transcurrio entre las cuatro paredes de Cartagena de Indias, una ciudad que amo y odio entrañablemente y a cuyas plazas, callejuelas, esquinas y “caserones de ventruda fachada” dedico varias estrofas memorables. Siguiendo las huellas de Quevedo y de Swift, manejo el estilete de la ironía con una sorprendente precision quirúrgica y renovo, gracias a un estilo inconfundible, el lenguaje poético de su tiempo. Su manera de ser y de vivir, por otra parte, hizo de él un personaje legendario en el “corralito de piedra” de la primera mitad del siglo XX. Gabriel García Márquez, quien lo conocio en la época en que comenzaba a escribir para El Heraldo de Barranquilla, lo recuerda como una especie de “reliquia historica de cuya existencia real habría podido dudarse si no anduvieran sueltos por las calles de la ciudad amurallada sus versos y su hijo Bruno”. Cuando se lo presentaron, a Nicolás Guillén le parecio “un hombre adolorido, acaso con razon”, que tenía la costumbre de “sonreír con los ojos, agrandados por el vidrio de aumento de los espejuelos”. El periodista Germán Vargas cuenta que a finales de 1945, estando un día en El Bodegon, el tertuliadero donde se reunían religiosamente los intelectuales cartageneros de ese entonces, “llego un señor delgado, vestido de lino blanco, corbatín oscuro y sombrero de fieltro. Un señor en quien, a ratos, se podía observar una sonrisa de guiño”. Se trataba de Luis Carlos Lopez, por supuesto, cuyos “ojillos inquietos y juguetones daban un tono de extraña y alentadora alegría a su rostro vivo, casi elocuente, que contrastaba con su silencio pertinaz, en el fondo del cual se adivinaba una gran capacidad para escuchar en forma atenta y cordial”.Taal: Spaans;Formaat: ePub met kopieerbeveiliging (DRM) van Adobe;Kopieerrechten: Het kopiëren van (delen van) de pagina's is niet toegestaan ;Geschikt voor: Alle e-readers geschikt voor ebooks in ePub formaat. Tablet of smartphone voorzien van een app zoals de bol.com Kobo app.;Verschijningsdatum: november 2014;ISBN10: 9585784866;ISBN13: 9789585784864; Spaanstalig | Ebook | 2014.
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Poesía completa [ Livre importé dŽEspagne ] (2013)
FR NW
ISBN: 9788492646791 bzw. 8492646799, in Französisch, ESPIRAL MAIOR, S.L. neu.
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Von Händler/Antiquariat, Imosver.
Poesía completa editado por Espiral maior, S.l. Broché, Label: ESPIRAL MAIOR, S.L. ESPIRAL MAIOR, S.L. Produktgruppe: Book, Publiziert: 2013, Studio: ESPIRAL MAIOR, S.L.
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Poesía completa editado por Espiral maior, S.l. Broché, Label: ESPIRAL MAIOR, S.L. ESPIRAL MAIOR, S.L. Produktgruppe: Book, Publiziert: 2013, Studio: ESPIRAL MAIOR, S.L.
4
Poesía completa (2014)
ES NW EB DL
ISBN: 9789585784864 bzw. 9585784866, in Spanisch, El Áncora Editores, El Áncora Editores, El Áncora Editores, neu, E-Book, elektronischer Download.
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Aunque su obra fue menospreciada por los sacerdotes de la crítica literaria durante muchísimos años, Luis Carlos López [1879-1950] se ha convertido con el paso del tiempo en una figura imprescindible de las letras hispanoamericanas, que sin él quedarían desprovistas de una de las personalidades poéticas más refrescantes y originales de la lengua española. La mayor parte de su vida transcurrió entre las cuatro paredes de Cartagena de Indias, una ciudad que amó y odió entrañablemente y a cuyas plazas, callejuelas, esquinas y "caserones de ventruda fachada" dedicó varias estrofas memorables. Siguiendo las huellas de Quevedo y de Swift, manejó el estilete de la ironía con una sorprendente precisión quirúrgica y renovó, gracias a un estilo inconfundible, el lenguaje poético de su tiempo. Su manera de ser y de vivir, por otra parte, hizo de él un personaje legendario en el "corralito de piedra" de la primera mitad del siglo XX. Gabriel García Márquez, quien lo conoció en la época en que comenzaba a escribir para El Heraldo de Barranquilla, lo recuerda como una especie de "reliquia histórica de cuya existencia real habría podido dudarse si no anduvieran sueltos por las calles de la ciudad amurallada sus versos y su hijo Bruno". Cuando se lo presentaron, a Nicolás Guillén le pareció "un hombre adolorido, acaso con razón", que tenía la costumbre de "sonreír con los ojos, agrandados por el vidrio de aumento de los espejuelos". El periodista Germán Vargas cuenta que a finales de 1945, estando un día en El Bodegón, el tertuliadero donde se reunían religiosamente los intelectuales cartageneros de ese entonces, "llegó un señor delgado, vestido de lino blanco, corbatín oscuro y sombrero de fieltro. Un señor en quien, a ratos, se podía observar una sonrisa de guiño". Se trataba de Luis Carlos López, por supuesto, cuyos "ojillos inquietos y juguetones daban un tono de extraña y alentadora alegría a su rostro vivo, casi elocuente, que contrastaba con su silencio pertinaz, en el fondo.
Aunque su obra fue menospreciada por los sacerdotes de la crítica literaria durante muchísimos años, Luis Carlos López [1879-1950] se ha convertido con el paso del tiempo en una figura imprescindible de las letras hispanoamericanas, que sin él quedarían desprovistas de una de las personalidades poéticas más refrescantes y originales de la lengua española. La mayor parte de su vida transcurrió entre las cuatro paredes de Cartagena de Indias, una ciudad que amó y odió entrañablemente y a cuyas plazas, callejuelas, esquinas y "caserones de ventruda fachada" dedicó varias estrofas memorables. Siguiendo las huellas de Quevedo y de Swift, manejó el estilete de la ironía con una sorprendente precisión quirúrgica y renovó, gracias a un estilo inconfundible, el lenguaje poético de su tiempo. Su manera de ser y de vivir, por otra parte, hizo de él un personaje legendario en el "corralito de piedra" de la primera mitad del siglo XX. Gabriel García Márquez, quien lo conoció en la época en que comenzaba a escribir para El Heraldo de Barranquilla, lo recuerda como una especie de "reliquia histórica de cuya existencia real habría podido dudarse si no anduvieran sueltos por las calles de la ciudad amurallada sus versos y su hijo Bruno". Cuando se lo presentaron, a Nicolás Guillén le pareció "un hombre adolorido, acaso con razón", que tenía la costumbre de "sonreír con los ojos, agrandados por el vidrio de aumento de los espejuelos". El periodista Germán Vargas cuenta que a finales de 1945, estando un día en El Bodegón, el tertuliadero donde se reunían religiosamente los intelectuales cartageneros de ese entonces, "llegó un señor delgado, vestido de lino blanco, corbatín oscuro y sombrero de fieltro. Un señor en quien, a ratos, se podía observar una sonrisa de guiño". Se trataba de Luis Carlos López, por supuesto, cuyos "ojillos inquietos y juguetones daban un tono de extraña y alentadora alegría a su rostro vivo, casi elocuente, que contrastaba con su silencio pertinaz, en el fondo.
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