Aproximaciones a La Poesia De Juan L. Ortiz (Spanish Edition)
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Von Händler/Antiquariat, Federico Burki.
Paraná: Editorial de Entre Ríos, 1987. Libro. Buen estado. Rústica. First Edition. 20 x 14 cm.. Prólogo de Denise Rivero. 111 pp. No voy a hablar de Juan L. Ortiz, ese poeta singular que desde una elegida marginalidad desplegó su voz queda y altamente lírica para decir a la patria y al hombre, y que con escritura frágil y épica a la par, borró la distancia entre tierra y palabra en un requiebro poético que fundó para la literatura -es decir, para la eternidad- un paisaje cierto pero casi mitológico, como él mismo. No. No voy a hablar de Juanele. De el ya habla -y tan acertadamente- Julio C. Pedrazzoli. Y también la profesora Denise Rivero. Yo voy a hablar del autor de estas lúcidas paginas, modestamente denominadas "Aproximaciones". Conocí a Julio Pedrazzoli hace muchos años (ay, tantos ya), en esa época en que la adolescencia, asombro y aleqría de vivir coinciden con la permitida esperanza de suponer que todo vendrá bien. ¿Fue en el patio de la Escuela Normal de Gualeguay, en cuyo vasto espacio coincidían estudiantes y maestros en recreos y fiestas patrias, donde entreví la figura del joven profesor, hermano de una companera de curso? ¿Fue en las calles de la ciudad, más bien apocada y somnolienta, siestera pero tan llena de encanto, donde la luminosa sombra de Juanele, Carlos Mastronardi. Carlos Epele planeaba prestigios de sabiduría y glorias consagratorias? No lo se. La memoria, en ocasiones, es un biombo. O un peligroso artificio. O un truco mentiroso. Sí se que muchos años después -pero ¿cuántos?-, ya decidido mi destino en la literatura y el suyo en la enseñanza, nos encontramos. Recuerdos comunes sobre personas, circunstancias y, por sobre todo, inquietudes afines oficiaron como anfitriones de una amistad fraterna que ya es larga en el tiempo. Lugares distintos de la patria provinciana fueron oportuno ámbito para encuentros promovidos por el azar, que reclamaban largas charlas para ensamblar el recuento de días y quehaceres. Así, supe -fui sabiendo-, de destinos diversos que marcaban los pasos de su arduo quehacer docente: Director de la Escuela Normal Superior Nº 2, en Rosario; Inspector Técnico de Enseñanza Media; Director de la Enciclopedia de Entre Ríos. Pero supe, además, de esa otra inquietud desplegada en trabajos, ensayos, conferencias, premios, que señalaba a las claras una vocación paralela a la de la simple -y compleja- tarea puramente docente. Y aquí está lo admirable. Qué difícil ese duro mestizaje, digamos, entre la enseñanza y la creación. Porque si uno exige el cumplimiento de horarios, pláticas, obligaciones, traslados, el otro requiere el emansado ámbito del silencio, el secreteo interior, lectura y reflexión. Que difícil, ciertamente, cultivar ambas vocaciones sin desmedro de uno u otro llamado. Por eso es admirable que algunos -que Julio Pedrazzoli, en este caso- puedan cumplir con pareja intensidad y eficacia ambas vocaciones; organizar sin quiebras tal dualidad. Por eso he querido hablar no del poeta analizado, sino del profesor creador que, en pelea limpia con tiempo, horarios, responsabilidad profesional y vocación creadora, legaliza sus dobles oficios. Por eso. Y porque el libro de Julio C. Pedrazzoli sobre Juanele ilumina la figura de quien vivió en la intimidad del silencio para gozoso bien de tantos. -María Esther de Miguel.

Von Händler/Antiquariat, Federico Burki [52235633], Buenos Aires, CABA, Argentina.
Prólogo de Denise Rivero. 111 pp. No voy a hablar de Juan L. Ortiz, ese poeta singular que desde una elegida marginalidad desplegó su voz queda y altamente lírica para decir a la patria y al hombre, y que con escritura frágil y épica a la par, borró la distancia entre tierra y palabra en un requiebro poético que fundó para la literatura -es decir, para la eternidad- un paisaje cierto pero casi mitológico, como él mismo. No. No voy a hablar de Juanele. De el ya habla -y tan acertadamente- Julio C. Pedrazzoli. Y también la profesora Denise Rivero. Yo voy a hablar del autor de estas lúcidas paginas, modestamente denominadas "Aproximaciones". Conocí a Julio Pedrazzoli hace muchos años (ay, tantos ya), en esa época en que la adolescencia, asombro y aleqría de vivir coinciden con la permitida esperanza de suponer que todo vendrá bien. ¿Fue en el patio de la Escuela Normal de Gualeguay, en cuyo vasto espacio coincidían estudiantes y maestros en recreos y fiestas patrias, donde entreví la figura del joven profesor, hermano de una companera de curso? ¿Fue en las calles de la ciudad, más bien apocada y somnolienta, siestera pero tan llena de encanto, donde la luminosa sombra de Juanele, Carlos Mastronardi. Carlos Epele planeaba prestigios de sabiduría y glorias consagratorias? No lo se. La memoria, en ocasiones, es un biombo. O un peligroso artificio. O un truco mentiroso. Sí se que muchos años después -pero ¿cuántos?-, ya decidido mi destino en la literatura y el suyo en la enseñanza, nos encontramos. Recuerdos comunes sobre personas, circunstancias y, por sobre todo, inquietudes afines oficiaron como anfitriones de una amistad fraterna que ya es larga en el tiempo. Lugares distintos de la patria provinciana fueron oportuno ámbito para encuentros promovidos por el azar, que reclamaban largas charlas para ensamblar el recuento de días y quehaceres. Así, supe -fui sabiendo-, de destinos diversos que marcaban los pasos de su arduo quehacer docente: Director de la Escuela Normal Superior Nº 2, en Rosario; Inspector Técnico de Enseñanza Media; Director de la Enciclopedia de Entre Ríos. Pero supe, además, de esa otra inquietud desplegada en trabajos, ensayos, conferencias, premios, que señalaba a las claras una vocación paralela a la de la simple -y compleja- tarea puramente docente. Y aquí está lo admirable. Qué difícil ese duro mestizaje, digamos, entre la enseñanza y la creación. Porque si uno exige el cumplimiento de horarios, pláticas, obligaciones, traslados, el otro requiere el emansado ámbito del silencio, el secreteo interior, lectura y reflexión. Que difícil, ciertamente, cultivar ambas vocaciones sin desmedro de uno u otro llamado. Por eso es admirable que algunos -que Julio Pedrazzoli, en este caso- puedan cumplir con pareja intensidad y eficacia ambas vocaciones; organizar sin quiebras tal dualidad. Por eso he querido hablar no del poeta analizado, sino del profesor creador que, en pelea limpia con tiempo, horarios, responsabilidad profesional y vocación creadora, legaliza sus dobles oficios. Por eso. Y porque el libro de Julio C. Pedrazzoli sobre Juanele ilumina la figura de quien vivió en la intimidad del silencio para gozoso bien de tantos. -María Esther de Miguel.

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Von Händler/Antiquariat, Smart-things.
Estas aproximaciones de Julio C. Pedrazzoli, son, mas actuales, una paciente y sabia exploracion. Una exploracion que nose para en los contornos, sino que ahonda hasta llegar al mismo meollo vivencial de un argentino, autor de una decena de libros de pura poesia. Paperback, Label: Editorial de Entre Rios, Editorial de Entre Rios, Produktgruppe: Book, Publiziert: 1987, Studio: Editorial de Entre Rios.

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Estas aproximaciones de Julio C. Pedrazzoli, son, mas actuales, una paciente y sabia exploracion. Una exploracion que nose para en los contornos, sino que ahonda hasta llegar al mismo meollo vivencial de un argentino, autor de una decena de libros de pura poesia. Paperback, Label: Editorial de Entre Rios, Editorial de Entre Rios, Produktgruppe: Book, Publiziert: 1987, Studio: Editorial de Entre Rios.

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Ilustrado con láminas de fotografías en b/n. [Libro en Español / Book in Spanish] === CRITICA LITERARIA === Size: 8vo.

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